El hombre que recogía los cadáveres pensó que iba ser una noche muy larga. Le pareció extraño que los cuerpos tuvieran marcas de mordiscos. Hasta que se agarraron a sus piernas. Después de todo, la noche fue mucho más corta de lo que había creído.
Viajó atrás en el tiempo y no quería tocar nada por miedo al efecto mariposa. Pero la pasión es la pasión y terminó teniendo una aventura con una muchacha. Al volver a su época, su suegra le miraba de otro modo.
Solo quedaba uno. Y solo quedaba una bala, la que guardaba para si mismo. Decidió no arriesgarse.
miércoles, 28 de abril de 2010
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